07 junio 2004

“...el ocio, tal y como lo entendemos hoy en día, nace del remanente de tiempo que nos queda tras asegurarnos la supervivencia. Es, por esta razón, un privilegio de las sociedades más avanzadas y, en más ocasiones de las que esto sería deseable, de las clases sociales más favorecidas dentro de esas mismas sociedades.”
Santiago García Quintana. Pequeña Historia del Ocio. Buenos Aires. 1958.


DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 3 de junio de 2004


Un viaje se puede organizar de muchas maneras. Nosotros tenemos cierta tendencia a construir extrañas combinaciones cada vez que viajamos (aunque, como hoy es el caso, el trayecto sea corto).
Cargado con más bolsas de las necesarias salgo de casa y me encuentro con Roberto y María José en la otra punta de la ciudad. Juntos vamos a Alella y Roberto consigue cambiarle el coche a Pepe. Con nuestro nuevo vehículo, equipado con aire acondicionado y todas las comodidades, volvemos a Barcelona y recogemos a Olivia y Martina. Finalmente, tres horas después de salir de casa, partimos con destino a Albocasser (Castellón).
Llegamos al pueblo y abrimos la casa. No nos queda tiempo para mucho más. Improvisamos una cena y nos vamos a dormir. El viaje nos ha dejado muy cansados.

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