25 febrero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 25 de febrero de 2004


Y llega la esperada mañana del miércoles. María José no trabaja hasta la tarde y engañamos al miércoles convirtiéndolo, durante unas horas maravillosas, en fin de semana. Si no miramos el reloj hay tiempo para todo. Para llenarlo de actividades o para dejar que pase lentamente. Tiempo para reír, para jugar, para llorar, tiempo para escuchar la radio, para leer, para desayunar y después volvernos a la cama, tiempo para querernos, para mirarnos, para hablar... tiempo que vuela y me deja, poco después del mediodía, totalmente solo.
Por fin, un mes después de dejarlo en el servicio técnico oficial, nuestro vídeo está reparado. Armado con un paraguas (invento del que suelo renegar pero que hoy me veo obligado a coger para defender de la lluvia al preciado aparato eléctrico que voy a recoger) cruzo la ciudad. De nuevo en casa lo instalo y resintonizo (ahora puedo sintonizar unos 20 canales, entre ellos la nueva Localia Televisión que ya emite en periodo de pruebas en Barcelona).
Con el vídeo reparado espero que llegue María José para ponernos al día (durante todo este mes, Kris nos ha grabado todos los capítulos de la nuevas temporadas de “Urgencias” y “CSI”). Tenemos pendientes cuatro cintas repletas de series para no movernos del sillón durante un par de días.
Llueve y los planes que había hecho para esta tarde se desmoronan como un castillo de cartas en un día de viento. No apetece patear la calle esquivando los charcos (aunque sea para después entrar en un cine o una exposición), decido quedarme en casa y regalarme una tarde de lectura, escritura y música (he empezado con el “Soulstream” de Aidan Bartley, no sé que vendrá después).

NOTA CULTURAL: Gracias al suplemento “Culturas” de La Vanguardia he descubierto la existencia de una fascinante publicación: Bajo el título de “Adiós” se esconde la joya de las publicaciones nacionales. “Adiós”, como los más despiertos ya habéis imaginado, es una revista especializada en el sector funerario. Pero no sólo el título es jugoso, una de sus secciones más destacadas es un fabuloso concurso de (lo juro, no me lo invento) “tanatocuentos”. Corro a reservar mi ejemplar en el quiosco del barrio pero mientras consultaré la versión electrónica: "Adiós"

No hay comentarios: