16 enero 2004

“...Marzo, 10 (...) En verdad me abandono un poco al placer, pero considero que es algo inherente a mi edad. He notado que la mayor parte de las personas que triunfan en el mundo olvidan divertirse mientras se enriquecen. Esperan para eso redondear su fortuna, pero entonces es demasiado tarde.”
Samuel Pepys. Diarios (1660-1669)


DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 15 de enero de 2004


La agonía en el trabajo está empezando a ser como la escena final de una mala película de terror, que prolonga el clímax por falta de argumento. Sorprendentemente aún no nos han comunicado nada y ahora gozo de un horario verdaderamente inverosímil.

Estoy muy cansado, la salida nocturna de ayer pasa factura (la edad y la falta de entreno están provocando que no sea ni una sombra de lo que fui ) y convierte mi mañana laboral en un pequeño infierno. Cumplo como un valiente y vuelvo a casa durmiendo en el bus. En la puerta de casa me encuentro a María José, comemos e intentamos hacer la siesta. El próximo día descolgaremos el teléfono que no para de sonar.
Al final nos levantamos y vemos un capítulo de “Los Soprano” después de intentar ver “Días de fútbol” (nos han dejado una copia pirata que convierte el visionado en una tortura china).

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