30 diciembre 2003

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 30 de diciembre de 2003


Sorprendente: la empresa que me tiene esclavizado por un precio irrisorio ha decidido que ya he trabajado bastante y que no necesita de mis servicios hasta el año que viene. Por desgracia sólo quedan dos días hasta el año que viene y el día 1 tendré que trabajar (año nuevo, vida nueva... dicen...).
Dos días enteros para dedicar a... nada en concreto.

Después de desayunar con María José me vuelvo a la cama para poder reflexionar con tranquilidad sobre los muchos problemas a los que la humanidad se enfrenta día a día Me duermo.

A media mañana me pongo en marcha, ya que, como dice el dicho: “A quien madruga, Dios le ayuda”. Antes de comprar para la cena de mañana (vienen nuestros padres) me acerco a Norma y me regalo cuatro cómics (dos Daredevils , un Spiderman y “Como conejos” de Ralf König).

En casa de nuevo preparo la comida y espero a María José mientras leo El País. En la página de necrológicas me entero del fallecimiento de Antonio Rivero Crespo, “El Peíto”. Este pícaro sin par, sencillo y entrañable, fue lanzado a la fama por sus apariciones en los programas de Jesús Quintero junto a su “cuñaoooo” el risitas.
Siento un poco de tristeza por su muerte (no podrá incorporar más momentos impagables a su amplio currículo) y mucho agradecimiento por todos los buenos momentos que me ha hecho pasar y por las carcajadas que su contagiosa risa me ha provocado.

Comida, siesta y lectura de cómics (en Daredevil he llegado a la etapa dibujada por Wally Wood, es sensacional). Esta noche quizás veamos un episodio de “Los Soprano”.

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