02 diciembre 2003

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 2 de diciembre de 2003


Diciembre ya. Tenían razón los mayores cuando decían aquello de que, con los años, el tiempo pasa cada vez más rápido. Hace cuatro días estaba en Palencia, tumbado a la sombra de un nogal y comido por los mosquitos, y ya estamos a dos pasos de la navidad.
Decido aparcar, quizás definitivamente, la lectura de “Los nuevos góticos” después de descubrir con enfado que la aportación de Anne Rice es un fragmento de “Entrevista con un vampiro”. El sabor que dejan los buenos relatos de Jeannette Winterson y Joyce Carol Oates queda enturbiado por un patético relato de Jamaica Kincaid y uno, muy flojo, de Martín Amis. Lo dejaré en la mesita de noche para leer un cuento de tanto en tanto.
Empiezo otro Ripley, el cuarto: “Tras los pasos de Ripley”.

Días de rutina laboral. Dedico las mañanas a actualizar un poco el ordenador. Si durante unos días no escribo se puede deber a una de estas razones:
1. Tengo pocas cosas que contar.
2. Tengo pocas ganas de contar cosas.
3. La actualización del ordenador ha provocado un caos de difícil solución en el sistema operativo del ordenador (no sería la primera vez).

Ayer llamó Albert para decirnos que Esther y él están embarazados. Las buenas noticias siempre alegran un día gris y lluvioso, lo celebraremos un día de estos.

Me queda mucha mañana por delante, me acercaré a la bodega del Maestrazgo para abastecerme de vino y cava.

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