15 octubre 2003

DIARIO DE UN OCIOSO
miércoles, 15 de octubre de 2003


La noche de ayer fue larga y mi despertar, a una hora demasiado temprana, duro.
Empiezo con la noche. Cena con Jordi P. y Jesús (la última vez que nos vimos fue en el mes de junio y tenía ganas de saber de él) en “La Tinaja”. Embutidos, quesos, cerveza y risas. Jesús se retira, siguiendo esa sana costumbre que ha ido adquiriendo con los años, justo después de cenar. Jordi y yo iniciamos nuestro pío peregrinar por los bares del barrio: John Martin, Black Horse y final de fiesta en el Papillon.

Me despierto con mucho sueño y el estómago revuelto. Con María José vamos a ver una casa en el Carmelo. El hombre de la inmobiliaria nos deja colgados, bajo la lluvia, durante 45 minutos. Para alegrarnos la espera, los vecinos del barrio organizan una performance liderados por el inigualable hombre de los “fontainers”. El hombre de los “fontainers” tiene algunas teorías que pongo a vuestra disposición con el fin de que podáis organizar tertulias y debates con vuestros amigos (las citas son más o menos textuales):

1. El Carmelo está muy bien comunicado. Tenéis el 24 y... el 29.
2. El Carmelo será dentro de poco el centro de Barcelona.
3. Aquí (en el Carmelo) el aire es puro... no como en Barcelona.
4. Esta casa es una pasada. Piense que estuvieron trabajando 7 meses y sacaron 32 “fontainers” llenos de runa.
5. Antes esto era conocido como “la ciudad sin ley” porque mataron a una embrazada y a un hombre en el parque. Ahora ya nos conocemos todos y es muy tranquilo.

Al final aparece el hombre de la inmobiliaria, se deshace en disculpas y nos enseña la casa. No nos gusta demasiado y piden mucho dinero. Otra vez será.
Volvemos paseando bajo la lluvia hasta que María José coge el bus y se va a trabajar.

Ya en casa recupero el sueño perdido en algún bar esta noche y me dedico a no hacer nada durante un buen rato.

Estos últimos cinco días han sido unas pequeñas vacaciones llenas de buenos momentos. Para apurarlos hasta el último momento esta noche iré al teatro. Ya os contaré.

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