14 septiembre 2003

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 14 de septiembre de 2003


Por primera vez en muchos días me despierto sin la agobiante sensación de tener por delante una montaña inmensa de trabajo, parece que las cosas vuelven a la normalidad y eso hace que me despierte de especial buen humor.

Después de desayunar acabo “¿Quién mató a Palomino Molero?” de Mario Vargas Llosa. La coincidencia de algunos personajes con “La casa verde” y el tono de denuncia social me han gustado mucho. Ahora empezaré “Jack el Destripador. Capítulo final” de Paul H. Feldman, un estudio sobre la veracidad del diario de James Maybrick.

Pero el día es soleado y fresco y no quiero quedarme en casa, tengo ganas de disfrutar de una ciudad que en los últimos días ha sido sólo el escenario de mis viajes al trabajo. Así que cogemos las bicicletas (olvidadas en un rincón durante los últimos meses) y salimos a dar una vuelta.

Nos acercamos primero al Raval, bajamos hasta el mar y vamos a la Puerta de Europa (el puente que pasa por encima de la entrada del puerto). La vista merece el esfuerzo de la subida (corta pero dura).



Es hora de recuperar fuerzas. Bajamos hasta las “Draçanes” y, en su jardín (una de las mejores terrazas de esta parte de la ciudad, tranquila y agradable), tomamos una cerveza mientras leemos el periódico.

La hora de comer se acerca y la nevera de casa está terriblemente vacía. A María José le apetecen canalones y decidimos ir a La Dolça Herminia.

Vuelta a casa y siesta.

Vemos los dos primeros capítulos de la segunda parte de “24” (que María José grabó), de momento mantiene el nivel de tensión de la primera entrega. Nuestro consumo de series está volviendo a la normalidad después de un verano de caos televisivo (aunque echo de menos “Six Feed Under”).

Se acaba el domingo, un domingo de resurrección.


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