12 agosto 2003

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes 12 de agosto de 2003


“... los libros son para los pobres...” LA FIESTA

Día de aclimatación. La nevera, extremadamente vacía, clama a gritos una atención que durante quince días le ha sido negada. Pese al calor reinante en Barcelona y con el heroísmo que me caracteriza, paseo, en busca del sustento de mi familia, por un barrio plagado de carteles que me recuerdan que los propietarios de las tiendas, sin duda más afortunados que yo en este momento, están disfrutando de un agradable receso en su quehacer cotidiano. Tras una tenaz búsqueda consigo encontrar unas cuantos comercios abiertos que me ayudan a colmar nuestro refrigerador. Una nevera llena no hace la felicidad... pero ayuda a conseguirla.
Agotado, pero reconfortado espiritualmente, me estiro en mi sofá y allí leo El País y me recreo en el artículo de hoy de Tomás Eloy Martínez sobre Argentina (pertenece a una serie de 7 artículos, ligeros y a la vez muy interesantes, que aparecerán esta semana). Cuando acabo con el periódico sigo con el libro que estoy leyendo (Nivel 5, de Douglas Preston y Lincoln Child, un best seller ideal para estos días de temperaturas elevadas). Siesta (que gran invento).

Se me olvidaba, ayer fuimos a ver La Fiesta. Aquí tenéis algunos consejos que es mejor observar para un mejor disfrute de la película:


1. Ir con los amigotes (cuando más freaks y cafres sean mejor).
2. Es imprescindible el consumo de alimentos durante los trailers previos (palomitas, toblerone, bocadillos de chorizo...) para preparar cuerpo y alma para la película. El resto de la sala agradecerá los comentarios en voz alta sobre la anatomía de las chicas que aparezcan en pantalla durante estos momentos previos que tanta tensión producen. El lanzamiento de productos contra la pantalla provocará también un relajo general en el ambiente.
3. Llegar con el punto y seguir consumiendo cervezas durante la proyección del film es aconsejable para mejorar la comprensión de ciertos pasajes crípticos.
4. La expulsión violenta de gases corpóreos (por cualquiera de las dos vías normales) puede causar momentos de mágico humor que los cinéfilos de pro agradecerán.
5. Disfrutad del espectáculo ( y recordad que, aunque lo parezca, no sois vosotros y vuestros compañeros de butaca, los retratados en la película... ¿o si?).

Ahora toca preparar la cena... hemos traído ricas viandas de tierras palentinas y Olivia y Roberto vienen a cenar.





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