DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes 18 de julio de 2003
“El tiempo de ocio debe ser gestionado con flexibilidad, un exceso de rigidez en su preparación puede producir efectos contrarios a los deseados” S. García Quintana. Idle Life. Buenos Aires 1955.
Mañana tranquila, obligaciones (pocas) y tiempo de ocio conviven en armonía.
Tarde dedicada a la ingestión (rozando lo enfermizo) de series televisivas. De una tacada vemos Girlmore Girls, Six Feed Under y CSI Miami.
Salgo de casa a las 22:00. En el Sky (bar insulso, falto de todo encanto y no recomendable de Via Laietana) me encuentro con Jordi, Oriol y Sonia. Cervezas y bocadillos. Hablamos de tiempos pasados, de cómo pudimos arreglar el mundo y de cómo no lo hicimos, en fin... lo de siempre cuando te encuentras con viejos amigos a los que hace tiempo no ves. Me propongo hacer esfuerzos para verlos con más frecuencia.
Viernes. Resaca 0. Desayuno con María José y dedico la mañana a dormitar hasta las 10.
18 julio 2003
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