17 julio 2003

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 17 de julio de 2003


“El ocioso accidental pronto se encuentra con un exceso de tiempo libre que tendrá que aprender a gestionar con pericia. Prescindir del uso de vehículo de motor propio e incluso del transporte público hace que los desplazamientos sean, amén de más largos, más placenteros”

María José me invita a cenar en el Out of China (Muntaner 100). Decido ir caminando. Pasar por la calle Tallers, está escrito y todo el mundo lo sabe, es un error que se paga con una disminución de saldo en la cuenta corriente directamente proporcional al número de artefactos sonoros adquiridos. En este caso salgo bien parado y únicamente compro Verbaquim 700 de Quim Vila.

“El reloj es el principal enemigo del ocioso accidental. Su utilidad es más que cuestionable añadiendo tensiones innecesarias a la vida diaria. Ya lo dice un conocido dicho británico: no plans... no time... good leisure time.”

Llego a Muntaner y como no se que hora es decido esperar en un bar Fanta (dícese de aquel local que falto de todo encanto ofrece una oferta gastronómica realmente lamentable todo ello en un ambiente normalmente hostil). En la tele, que funciona a un volumen que me impide leer e incluso pensar con claridad, Gente se encarga – con su recuento de muertos diario - de asustar al personal: que malo es el mundo... mejor no salgas de casa, desconfía de tu vecino... Van a por nosotros.

Cenamos en el Out of China. Comida china de calidad en un ambiente agradable (no hay biombos, ni budas, ni peceras, ni cuadros de cascadas – de las de agua, se entiende -, ni música horrible...) y actual. Como somos los primeros en entrar, es pronto, cenamos muy tranquilos. Delicioso el pan a la plancha con cebolleta. Vuelta a casa, lectura y a dormir.

Jueves. He dormido mal, el calor... desayunamos y María José marcha a trabajar. Escribo esto mientras escucho el disco de Quim Vila.

Quim Vila i Eutanasia Col.lectiva
Verbaquim 700.
Picap
Está la escena musical catalana, desde hace muchos años, necesitada de figuras así. Quim Vila resulta una verdadera aportación, una novedad, un soplo de aire fresco... bases de jazz sirven de lecho para unas letras ingeniosas y totalmente actuales. Doce trallazos de verborrea políticamente incorrecta que van más allá de la anécdota que para muchos supondrán. El disco me encanta, chirucaires abstenerse.

Son las ocho, queda todo el día por delante.

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